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El viejo cuento (parte 2)

El viejo cuento (parte 2)

El despertar consiste en no olvidar que cada espacio vacío que no llenas con tu amor será llenado inmediatamente por la ignorancia manifestada en todas sus formas, desde la crueldad y el abuso hasta la flojera y la indiferencia. Así hemos llegado a donde estamos, a construir este mundo, pero aún estamos a tiempo de recuperar territorio.
Algo que considero importante traer a la luz, es reconocer la tremenda necesidad que todos tenemos de expresarnos. Por eso con el entendimiento de la fractalidad que nos ayuda a entender que hay una inteligencia o intelecto relacionado con cada altar (cada nivel), así también el sagrado instinto de la expresión pulsa en cada uno de ellos.
El corazón de esta historia y a donde quería llegar desde un principio, es que en este momento lo que más necesitamos son más y mejores CANALES DE EXPRESIÓN.
Las iluminadas mentes que estudian marketing hace tiempo que se dieron cuenta.
Toda necesidad humana puede convertirse en parte del mercado si es debidamente adaptada. Pero el negocio no está en lo “exclusivo”, en la singularidad o en la diversidad. El negocio está en lo masivo y en la estandarización.
Las más grandes fortunas de los últimos 50 años vienen de la “comunicación” (Slim, Gates o simplemente el mismo FB).
Con esta pauta ya le bastaría a cualquiera para volverse millonario. (Satisfagan una necesidad de expresión).
El ejemplo perfecto es la música. Cada canción es un canal de expresión que involucra nuestros 3 niveles.
El físico, pues el ritmo implica movimiento, el cuerpo disfruta esta expresión, produce serotonina.
El emocional, pues resonamos o no con el estado emocional que induce la canción, además que hasta el más desorejado adora cantar y expresar la emoción que le produce hacerlo.
El intelectual, nos identificamos o no, con la información y el sistema de creencias que transmite la canción.
Quizá la parte que se nos escapa, es que no todo es tan lindo como parece y que expresar por expresar tampoco nos va liberar, todo lo contrario.
Recordando que cada uno comunica según su entendimiento, podemos expresar los extremos del abanico. Desde el más puro amor a la más aberrante inconsciencia, y eso último es lo que vemos mayoritariamente en nuestra “música popular”.
¿Se trataría entonces de anular o reprimir la expresión? Imposible!, ni se quiere, ni se puede. Pero si es importante analizar aquí eso que alguna vez escribí con el nombre de “tendencias”. Recordaba la historia de “Eros” y “Tánatos”. Reconociendo -que ahora- algunos tenemos una pulsión más grande que otros por la vida, por la consciencia, por el amor y que muchas personas todavía viven dominadas por las tendencias autodestructivas e inconscientes que representa lo “Tanático”.
Es como ver a la parte más joven y más débil de la familia humana atrapada en toda clase de vicios y ver a algunos hermanos bastante irresponsables vendiendo la droga a sus propios hermanos, bajo el lema: Igual todos vamos a morir.
Visto así, fomentar las tendencias tanáticas entre nosotros mismos ya no es solo inconsciencia sino crueldad, total desamor.
La vida no es fácil para ninguno, cada ser tiene que aprender a lidiar con esa terrible fuerza autodestrucctiva que a veces termina conduciéndonos a los vicios, a la depresión o al suicidio, pero que otras se manifiesta simplemente como pesimismo, pasivismo o indiferencia.
Pero si además de nuestra propia carga nos encontramos en una sociedad en la que fomentar la oscuridad y la inconsciencia no sólo es legal, sino exitoso y sobre todo lucrativo, entonces si que estamos en serios problemas, sobre todo los más “jóvenes”.
Trato de recuperar tiempo perdido, cada espacio que no llené con amor. Trato de hacer retroceder la oscuridad, por lo menos en mi vida y si puedo un poquito más, mejor.
No hay espacio vacío. O se llena de luz o lo ocupa la oscuridad. Este nuevo proyecto en forma de “película” trata de abrir un gran canal de expresión para muchas personas que lo vienen esperando, pero solo no puedo, no quiero, Hagámoslo juntos.
¡Ayudanos!

Aire

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